martes, 15 de octubre de 2013

Sueño..


Comencé a soñarte, estabas ahí, parada, bailando una canción que se me antojo tuya, que se me antojo hecha a ti; movías el cabello (ya lacio ja me agrado mucho como te veías) húmedo, y volaba por partes el agua menos fresca aún que tu presencia, me acerque y tomaste mis manos, me acercaste un tanto brusca y me besaste rápido pero bien, miraste mis ojos y me dijiste en canto :"nadas en el corazón de la playa de mi vida" reíste con una risa muy cristalina y dulce, y continuaste bailando, un vaivén primero para detenerte en la orilla de una canción infinita. 

Tuve que sentarme, tan ensimismado estaba con tu presencia, y tu te fuiste bailando, sin mas, me puse en pie en cuanto me dí cuenta de tu hueco, de ese vacío que habías dejado en ese espacio tan conocido, camine, buscándote, ya no estabas, el espacio antes tan negro ahora era una ciudad bien parecida a las calles del centro, pero mas tumultuosas (si se puede) estaba seguro de no hallarte pero seguí buscando con esperanza, a empellones llegue a una plaza, grande y con mas gente que las calles, coronada la plaza tenia un letrero que si bien era borroso lo pude leer "Huir de lo que no es pero desea serlo"  un zumbido metálico callo todas las voces, como un enjambre de abejas de latón, y con cada aleteo, mi piel se iba, como un reloj de arena roto, me fui desmoronando, poquito a la vez, volaba por todas partes pero no me separaba, era una voluta de humo que algún dios bromista expiraba; fui reuniéndome de nuevo, y una calidez me envolvió (durante el viaje mis ojos se negaron a abrirse) abrí los ojos y me hundí tan de golpe en tus ojos que parecía que me iba a ahogar, por suerte llegaron las lianas de tus manos y me ayudaron a respirar, una piedrecilla blanca que me gusto como tu uña vino hasta mis mejillas y me reconforto armándola, después una pierna, y un labio, y el torso, hasta que armado por completo llegue a las lineas casi sin final de la palma de tu mano, intente pedir algo que se atoro en mi garganta negándose a salir, y ya estábamos ahora ambos volando hacia España (supongo que ahí los sueños se cruzaron ja)...

Llegamos juntos, me tomaste de la mano y en susurro me pediste un trozo de mi alma para sembrarla en el jardín de tus sueños, y yo, sin mas, te entregue dos vasos de vidrio con vaho de mi corazón. Tu me diste una estrella alada, una estrella violeta con aura azul, con alas magenta, alas que solo podían pertenecer a una mariposa; no la guarde pues ella deseaba volar y revolotear por todas partes, un crimen hubiera sido atraparla! y con una sonrisa nos fuimos a no se donde sintiendo no se que cosas...  

                                      HH.










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